Anna – Enrique, quería plantearte dos cosas. Las estadísticas dicen que al 80% de las personas no les gusta ir a trabajar. El 90% odia los lunes. ¿Cómo hemos llegado aquí? ¿no tiene ningún sentido, trabajamos 8-10h al día?
Enrique- Lo primero que me pasa cuando escucho esto es que me pone triste. Y me pone triste porque yo resueno, yo he vivido ir a trabajar y odiar el lunes, no me ocurre ahora, pero me ha ocurrido y también reflexiono, ¿qué tipo de sociedad estamos construyendo, cuando el 80% de la población está frustrada y a donde nos lleva la frustración? Son preguntas que me hago, porqué cuando veo el mundo como está me digo ¿ no será que estamos frustrados porque no estamos viviendo la vida que no corresponde y de ahi se expresa y se proyecta en el mundo que estamos viviendo? Es una pregunta muy profunda la que me haces, es un tema muy importante y me gustaría poner el foco en lo que desde mi punto de vista es el origen.
Anna – Porque una de las cosas que deduces es que hay como una resignación, me refiero a que pasa esto y hay como una aceptación de que esto es así. Esto es lo que te entristece también?
Enrique- .Hay un olvido, es más que una resignación. Hay un olvido de quienes somos, qué hemos venido a hacer aquí, qué nos mueve, el para qué, un sin sentido que la gente busca en el consumo o un estilo de vida productivista que es el que estamos ahora. Fíjate que cuando llega un niño a una familia, lo digo como algo arquetípico, no es que en todas las familias se haga esto, pero que puede haber sucedido, “Este niño se parece a su padre, seguro que va a ser… o como su abuelo, su tío…”. Nada más entrar en la vida, ya te ponen una etiqueta y ya te orientan, tienes que hacer o ser esta cosa. Cuando fuimos al colegio, el maestro que nos recibió, no se preguntó ¿Quién es esta persona que viene aquí?, sino que lo ve como un alumno que tiene que aprender una serie de contenidos, que yo le voy a ofrecer, que están explicitados en el curriculum, acordado por la legislación, los políticos educativos y esos contenidos deben ser introducidos en cada niño, niña que está en el sistema educativo. Esto es un poco la educació dicho a mi manera.
“Los trabajos no son el fin, son medios a través del cual podemos expresar quienes somos”
Anna – y si seguimos, es para trabajar y ganarse la vida
Enrique – Ese sistema, ese curriculum está orientado para que los seres que entren ahi, sean productivos, consumidores y buenos trabajadores, y de esto se ha hablado mucho y simplemente yo lo enfoco aquí. Pero fíjate cual sería una posible alternativa, imagínate que vamos al colegio y el educador, el equipo de adultos, porque esto es una cuestión de una generación de adultos se relaciona con una generación de infantes, es una cuestión relacional. Imagínate que estos adultos en vez de pensar en darles todos estos contenidos, te planteen averiguar quien es esa persona, acompañar a ese ser pequeñito a caminar en este mundo y a que se mantenga conectado con aquello que le gusta, aquello en lo que tiene su mejor hacer, que le llamamos talento, con aquello que mantiene viva la creatividad de eses ser y no se la inhibe, acompañarle para que vaya descubriendo para qué está aquí. Ese planteamiento no está.
Anna – Porqué son dos cosas, una es conocerte y también es ser consciente que formas parte de un mundo y que tu participas de este mundo. Porqué sino podríamos caer en el conocerte, mis talentos, mis inquietudes, yo, yo, yo… Esto es una parte, pero también conocer al mundo y saber qué puedo aportar yo.
Enrique – Si, pero hay un momento para todo. No toca eso cuando estás en la infancia. Eso tocará cuando seas adolescente joven y empieces a observar el mundo. Hay un desconocimiento del estadio evolutivo. A los infantes de primaria les toca conocer su cuerpo, estar conectados a su cuerpo, porque lo que más se desarrolla en esas etapas es su cuerpo, sin embargo, una vez fui a un colegio para mi hijo y a los tres años ya les enseñaban cuatro idiomas, puede parecer que está muy bien, cuando antes les enseñemos idiomas mejor, pero eso va en detrimento de otros desarrollos que son los que les corresponden en esa época, que son el desarrollo físico, sensorial, los sentidos, el poder escuchar bien, el poder ver bien, el tacto, todo lo que tiene que ver con el desarrollo sensitivo. Si empezamos con lo cognitivo, estamos produciendo una desconexión de esa persona. Y eso se repite en la primaria, se repite en la secundaria, no está acorde la educación que se necesita para el desarrollo con lo que se da. Y eso es un drama, porqué cuando llegamos a adultos, que encontramos? personas totalmente desconectadas.
Anna – A nivel práctico que quieres decir desconectadas? que no saben qué les gusta, qué no les gusta, qué les motiva de verdad e incluso que te pasan cosas y no sabes entenderlas o traducirlas o procesarlas.
Enrique – Si, va por ahi, pero hay unas cosas, todo el sistema educativo se ha basado en que tienes que hacer, todo el tiempo. Desde pequeñito, tienes que hacer esto, tienes que quedarte sentado, tienes que hacer esta caligrafía, tienes que hacer, hacer, hacer. Ese es el mensaje. Que está en sintonía con el paradigma que nos envuelve en la sociedad, un paradigma productivista de hacer, hacer, hacer, hasta no se sabe muy bien. Pero en la ecuación se olvidó el sentido de este hacer.
Anna – El tema no es no hacer, sino hacer desde el sentir.
Enrique – La desconexión es del sentido y el sentido tiene que ver con quién tú eres, con el ser, no con el hacer. Hay un olvido del ser y una sobreestimulación del hacer y cuando esto está desequilibrado el 80% de las personas va el lunes aburrido a trabajar y está frustrado. Se han olvidado de qué los mueve, qué les motiva, qué le da sentido a su vida.
Anna – Lo que pasa es que en esto, hay un poco de confusión, porqué hablamos tanto de que estamos sobreestimulados para hacer, que se puede interpretar como que lo bueno es “no hacer” y en cambio si lees libros de autoestima, de como ayudar a qué los jóvenes crean en ellos, va muy ligado al hacer. Cuando haces, es cuando descubres tus talentos, cuando pruebas y te atreves y te arriesgas y haces esto y lo otro, te animas y haces más cosas y contribuyes. El tema no es no hacer, sino hacer desde del tu, desde el escucharte.
Enrique- Totalmente, porque venimos aquí a manifestar, a expresar nuestra creatividad.
Anna – A explorar…
Enrique – A explorar…
Anna – Porque también hay mucha apatía. No hacer no es la solución. El tema es las ganas de explorar. Y aquí empalmaría con la otra frase que quería decirte. “El 100% de los niños son creativos, la mayoría de adultos te dice que no lo es, ¿qué hemos perdido por el camino?.
Enrique – Claro, esto. Porqué la cuestión no es hacer o no hacer, venimos a expresarnos y esto es hacer. El drama es que no tenemos una cultura ni un paradigma que entienda y que articule en los sistemas de educación, político-económicos, empresariales, en todos los sistemas, que todo aquello lo que hagamos será positivo para mi, para el mundo, para los que me rodean, si tiene sentido para mi.
Anna – No tanto el resultado.
Enrique – Si tiene sentido esa acción que yo hago, si mi empresa tiene sentido, si es coherente con quien soy, el resultado es constructivo y creativo. Si voy a trabajar sin sentido, el resultado de mi vida es frustración.
Anna – Y además esto no te deja neutro. Me refiero a que si tu haces cosas sin sentido un día, tras otro, no te quedas tan ancho, te van minando las ganas de vivir, te afecta negativamente.
Enrique – Te enferma.
Anna – No puedes decir, bueno, hago esto, no tiene sentido pero cuando salga seré feliz. Es imposible, no?
Enrique – Pasa, pasa mucho, pero el resultado de tu vida es mediocre o insatisfactorio. Mediocre en el sentido que puedes estar haciendo algo que no te gusta nada y fuera de mi trabajo hago lo que me gusta. Ahi me mantengo en medio, ni muy mal ni muy bien, porqué me falta algo, pero no estoy mal porqué tengo dinero, pero entonces uno vive, de manera mediocre, falta la plenitud de hacer algo conectado con tu propósito. No el propósito de otros, no el del modelo social, sin o tu propósito.
Anna – Cuando dices propósito es algo más profundo, no? porqué alguien podría decirte: “mi propósito es vender muchos coches”, pero tu te refieres a algo conectado con lo que te mueve
Enrique – Si, con tu ser, con quien eres. Voy a explicarlo de manera sencilla, todos tenemos un llamado. Da igual que pongamos de dónde vienen estos llamados ahora. Un llamado es un impulso a realizar algo, que yo siento que me lleva por ejemplo a ayudar a otros en ciertas cosas, o a crear aspectos o tengo el impulso de transformar, el impulso de ordenar o de iniciar cosas, o de apoyar a otros… Hay unos llamados. El sistema educativo no nos ayuda a escucharlos a mantenernos en contacto con ellos, a cultivarlos, a darles validez, para que ese joven cuando llegue a adulto confié en sus llamados. Porque no confiamos. Tiene que ver con lo que te gusta, lo más sencillo. ” Me encantan los animales, me encanta la naturaleza. A qué te dedicas? soy administrativo” O estoy emprendiendo no sé que cosa, pero no tiene nada que ver conmigo, lo hago para ganar dinero, pero me gusta esta otra cosa. Esa desvinculación es demoledora. Y ya toca vincular eso que te gusta tanto con convertirlo con un valor para los demás. Porqué cuando consigues convertir en valor para los demás, eso que te gusta tanto, entonces ahí tienes la empresa, un emprendimiento con sentido. Y tendrá éxito en mayor o menor medida.
Anna – Y eso no quiere decir que nadie tenga que ser administrativo. te pongo un ejemplo, mi hija va en bus a la escuela y el conductor es un hombre con quien yo me he fijado muchas veces, porqué siempre está animado. Son las 8h de la mañana y les dice a los niños con buen humor ” venga, que se te han pegado las sábanas, pero si aún tienes legañas…” Y yo siempre he pensado que era un buen ejemplo porque ser conductor de bus podría parecer rutinario, aburrido, pero él lo hace con una dignidad, con una alegría,… Y es una persona que tengo grabada como buen ejemplo. No hace falta emprender grandes cosas, puedes encontrarlo en el día a día, en tu entorno cotidiano.
Enrique – Totalmente. Es que es un error enfocarnos en los trabajos cuando hablamos de estos temas. Qué te mueve. Si a mi me mueve el orden… Mi suegra fue muy feliz limpiando casas y tendrías que verla, no lo digo por decir, como se sentía realizada cuando dejaba una casa limpia y ordenada. Porque le movía eso. Y puede haber un administrativo a quien le encanta el orden, los números… Los trabajos no son el fin, son medios a través del cual podemos expresar quienes somos y realizar ese llamado que tenemos y darle una forma. Y las formas pueden ser infinitas, como tantos trabajos que hay ahora.
“Si se puede orquestar un sistema empresarial donde la relación sea que cada uno exprese su esencia y lo que mejor sabe hacer, es el ideal de eficiencia.”
Anna – Fijate que en BMAT que es una empresa que tiene una forma de funcionar muy interesante, preguntan los valores a sus empleados y si no son los valores de la empresa, les ayudan a encontrar una manera dentro para que puedan expresarlos. Ya la empresa crea espacios para que la persona pueda participar y contribuir desde su motivación y su valor. La empresa pasa a ser un lugar vivo, donde todo el mundo se cuida y puede expresar su motivación. Esto es el ideal al final, no?
Enrique – Totalmente. Si se puede orquestar un sistema empresarial o cualquier tipo de sistema humano, que la relación sea que cada uno exprese su esencia y lo que mejor sabe hacer, es el ideal de eficiencia. Porque ese sistema va a fluir. Y ese fluir lleva a una evolución continua, es algo que no va a morir, está fluyendo, está evolucionando, está creciendo. Un sistema forzado, donde hay jerarquía, poder, tu tienes que hacer esto… tiene unos límites que comparado con el otro sistema no tiene nada que ver.
Anna – Para acabar, si hablamos de jóvenes es más fácil, porque es cambiar la escuela, hay algo que hacer… pero ¿los adultos?
Enrique – que ya estamos estropeados ya (ríe)
Anna – Ya hay un entorno, una situación, qué esperanza hay? qué hacemos? ¿por dónde empezamos? Al final es cuestionarte cosas, no es tanto hacer cambios externos sino internamente estar más en conexión contigo, detectar que te pasa, que sientes, que te gusta, …porque a lo mejor decides seguir con tu trabajo, pero si lo haces conscientemente porque necesitas pagar el alquiler, esto ya es algo?
Enrique – Me estás planteando, ¿cómo hago un cambio sin cambiar? Hay que encontrarle un sentido a lo que haces, siempre, si no hay sentido no hay cambio. Si aquello que haces de repente tomas consciencia de que tiene sentido, entonces puedes cambiar sin cambiar, cambias tu lugar interno, pero cuando descubres que lo que estás haciendo no tiene sentido y no hay forma, entonces hay 3 cosas que uno como adulto puede servirle para entrar en una vida más creativa. 1) date cuenta de que estás esclavo de tus propias rutinas, si no hay consciencia no hay nada, date cuenta que estás siguiendo un modelo que no sale de ti, estás reproduciendo un modelo que has copiado de otros 2) sigue tu corazón, “corazonadas”, sigues algo que a lo mejor no tiene lógica ni razón, pero lo sientes, “creo que es por aquí, pero no sabes porque” y 3) asumir riesgos. Son los tres. Tomar consciencia, seguir tu corazonada y asumir riesgos, en algún momento de tu vida, no siempre. Esto le ha pasado a muchas personas que han hecho un cambio, han seguido el mismo proceso. “Uno, me doy cuenta que está no es la vida que quiero vivir. Dos, sigo una corazonada, no se a donde me va a llevar, pero la sigo con riesgos y al cabo del tiempo cuando alguien ha hecho esto normalmente dice “menos mal que lo hice”.
Anna – Y en el contexto empresa, lo que es la bomba y es interesante es que las personas evolucionan, cambian, si pueden compartir esto en el contexto de empresa “es que yo siento que necesito un cambio, me mueve otra cosa”, que en el mismo contexto se puedan buscar soluciones o cambios, no? que haya esta comunicacion entre empresa y trabajadores. Aceptar que la gente cambia y encontrar de manera orgánica salidas. Esto sería el ideal.
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ENTREVISTA COMPLERTA AL PODCAST D’ARTCHIMBOLDI MODERN LEADERS PODCAST